Los que habéis leído mis anteriores publicaciones o me conocéis sabréis que soy Psicólogo General Sanitario y llevo nueve años estudiando esta maravillosa ciencia. Además de esto tengo un Máster en Dirección de los Recursos Humanos lo que me permite analizar el post de hoy desde ambas perspectivas.

En este último máster puede aprender una técnica que ahí se utiliza para el análisis de mercado de una empresa: el DAFO. Es un acrónimo que sugiere analizar las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Este análisis es un símil a lo que es la mentalidad del ser humano (una mentalidad donde lo primero que solemos analizar es lo negativo de algo). Si lo miráis de una forma sencilla podréis ver que lo primero que nos pide es que nos fijemos tanto en lo malo que reside en nosotros mismos o en una situación (atribución interna-debilidades) y en lo malo que está en el entorno (atribuciones externas-amenazas).  Posterior a esto el análisis DAFO plantea que sepamos nuestras fortalezas y oportunidades para interactuar con el mercado o el propio entorno.

Me considero una persona analítica y esto puede tener mucho valor, pero ¿y si invirtiéramos el orden?, ¿ y si llevándonoslo a cualquier ámbito de la vida le quitáramos importancia de partida a analizar las debilidades o amenazas? No quiero decir que esto no tenga ningún valor, creo que el conocimiento o autoconocimiento tiene un valor fundamental en cualquier ámbito, pero quizás estemos enfocando mal el asunto.

Llevemos este análisis a nosotros mismos. Si reflexionamos un poco nos damos cuenta que nunca existirá el nivel de incertidumbre cero, por lo que nunca podremos estar seguros de que no existirán amenazas al tomar una decisión. Y el estar valorando esto como primera opción puede hacernos llegar a perder una oportunidad. Llevándonos también el segundo punto a lo personal podemos darnos cuenta que todo el mundo tiene debilidades y muchas de ellas se deben a rasgos de su personalidad, los cuales muchos de ellos son difícilmente modificables. Quiero decir con esto que quizás estemos empezando la casa por el tejado. Y es posible que debiéramos centrarnos en las fortalezas y oportunidades como una primera opción.

Cuando potencias una fortaleza que tienes, estas eclipsando en ti mismo todo en lo que no eres tan bueno (esto se conoce como efecto halo). El efecto halo implica la generalización por parte de los demás de cualquier rasgo positivo con el que te identifique, ya sabéis lo que dicen: nunca tendrás una segunda oportunidad de dar una buena primera impresión. Por eso nos intentamos presentar lo mejor posible a una entrevista, con traje chaqueta y demás convencionalismos. Desde mi punto de vista personal os aconsejaría, o por lo menos es lo que intento hacer en mi humilde día a día, no salir de casa sin estar vestidos con vuestros valores y vuestra marca personal (aquello que os hace únicos y distintivos). Además, una buena sonrisa y cierta alegría seguramente sean los mejores complementos para afrontar cualquier situación.

En cuanto al segundo punto (las oportunidades), dicen que ser optimistas no es un valor fijo para que algo cambie, pero te aseguro que te permite afrontar mejor las situaciones. Cuando ponemos el foco en lo que queremos, estamos iniciando un plan y cada una de las pequeñas acciones que hagamos nos estarán acercando a esa posible meta. Os aconsejo aprender un poco sobre las metas Smart, hablaré de ellas en otro post. Dice el gran Víctor Kupper, ¨el valor de una persona se debe a la suma de la habilidad más el conocimiento, siendo la actitud el valor que multiplica a ambas¨

V: (c+h)*a. Recalcando la importancia de una buena actitud con c ante la vida.

Una vez leí que Wall Disney, antes de crear su empresa usaba lo que él llamaba un panel de visualización, se encerraba en una habitación para pensar e imaginar lo que quería llegar a tener o crear. Este ejercicio le permitía aumentar su creatividad, su historia posterior todo el mundo la conocemos. Demostró que un simple ratón puede cambiar la vida de miles de personas. Por favor, a ti que me lees, permítete ilusionarte. Visualiza lo que quieres y no te pongas limitaciones de antemano que quizás nunca lleguen a existir.

En resumen, quiero decir con esto que es mejor centrarse en lo que queremos tener que en lo que queremos evitar, ya sea, vendiéndote en una entrevista o creando una idea, creo con certeza que tendrás más éxito enfocándote primero en lo que quieres que poniendo tu energía en lo que quieres evitar. Por tanto, dejémonos de tanto DAFO y creamos más en nuestro FODA.

“Es mejor perder la cuenta enumerando tus cosas buenas que perder tus cosas buenas enumerando tus problemas.”

MALTBIE D. BABCOCK (1858–1901) ESCRITOR.

Wolfpsychology. Jose Alberto Pereira Núñez. Psicólogo sanitario. AN10227.

Gracias, gracias y gracias.